lunes, 15 de enero de 2024

PROMISED FUNCADIA

Te abraza el recuerdo de una tarde de colegio. El camino a casa con Javier guiando nuestros pequeños pasos cuesta arriba, con la autoridad moral de un hermano mayor que ya a esas alturas sirve de ejemplo nacional. El peso sobre sus hombros de nuestra azarosa rutina infantil, el paso ordenado de un pequeño adulto que realmente sueña con un futuro diferente, mucho más virtuoso que el que se cierne sobre sus cabezos y cabezas. Enlace diplomático entre la austeridad mayor del reino y un pequeño salón lleno de clicks que solo quieren jugar al fútbol, entre trabajo y ocio, el campo de papá y la tecnología del entretenimiento. Te enseñó a leer y escribir en una sola sobremesa de pizarra velleda y dócil pedagogía. Antes de tiempo. Por tu anhelo de seguridad, por su reflejo protector. Antes del tiempo del aciago ácido interior, un hosco vertido depurado en su sueño. 

martes, 3 de enero de 2023

EL TIEMPO EN SUS HERMANOS

Atornillo una percha en una puerta, agujereando sin reparo madera innoble, duermo poco. Un mueble de máquina de coser sirve a una pequeña tele Elbe para ofrecer un gol de Gordillo desde 40 metros en una Eurocopa olvidada. Gritos sordos paranormales inquietan hoy a personas insignificantes. Una mesa redonda de comedor y estudio inestable preside la sala de la mudada primera infancia. Flecos espectrales en un mundo desafiante. Del Spectrum infinito a la acumulación de apuntes repelidos. Merendamos hacinados. Almas errantes dirigen sus sentenciados ojos al pequeño cielo noroeste sin consuelo y más allá de un refugio de fe. 

PENÍNSULA, AÑO 15

Desencallar con miradas el callado respeto a una historia de desencuentro natural. La fama que precede a mis fracasados escritos es tenaz aún en la ciudad más bella de Europa y la Alfama de las noches de cortejo desactiva con sus luces y sombras cualquier aura de encantamiento afecto a los viajes conquistadores. Casi una expresiva isla de osadía, pero (impertérrito) un continente de pragmatismo. Derrotados y pretéritos territorios los que ofrece la alba resaca. Ultramal. 

viernes, 30 de septiembre de 2022

MAMÁ, SON LOS AÑOS 90

Miro más allá de una pared que ruge gotelé, peleas y sueños. Y regreso a esa vida donde todo era campo por urbanizar. Agrietado hogar rodeado de semana santa y expo, de rumor de ferias y crimen desorganizado, donde proliferaban las recetas perfeccionadas y las recetas nuevas, las vecinas viejas y nuevas, la tele inventando cosas, el albor de la juerga, un mundo de parábolas y parabólicas repicando ascensos y desastres académicos, mamá aún joven, los abuelos despidiéndose, las películas de Rafa y el Betis de Lopera. Prestigio nostálgico para una cierta tensión doméstica asfixiante, las angustias existenciales que se derretían en bolsas de hielo, los veranos en blanco que se disolvían en noches de radio, de cine y deporte, las últimas navidades aún enaltecidas que anunciaban un banal adiós para el iluso milenio, y ahora sabemos que un final anticipado para el suspirado hogar. Hogar, ácido hogar. 

martes, 5 de julio de 2022

FE DE ERRANTES

Ya no digo nada. Un eco permanente de refugio. Silencio y quiebro. Luto, resilencio. Ácida lluvia de recuerdos. Puntos alrededor de la vida. Ausentir. 

viernes, 31 de diciembre de 2021

DON LONDON

La tristeza goza de una memoria encharcada de recreaciones y derivadas rumiadas con hollín de back office. Roza la vileza saber que nunca recorriste Holland Park hacia la salida norte y dedicarle ya dos entradas esenciales a esa avenida y su tráfico. Tardes insultantemente jóvenes y trascendentales. Lluvia que hubiera sido capaz de detener la fuerza de la posteridad dando paso a voces feroces persiguiendo a un mal poeta español. Falsa lluvia, muertes precipitadas y húmedos aromas de latitud no correspondida.

lunes, 11 de octubre de 2021

NADA MÁS GRANDE

Están en el mismo plano. Lo que pasó hace un mes y lo que pasó hace cuarenta años. Vívida reconstrucción sin ordenar, sin techar, sin microcosmos que haga soñar como antes. "Yo no había pedido venir a este mundo" que ha perdido su núcleo. Una débil frase de despedida resuena en un recuerdo imposible. Hemos desayunado en muchos de estos bares, hemos comprado pasteles y manteles en muchas mañanas como esta, ropa de primavera, artículos del hogar perdido... Las ilusiones de distintas épocas brillan por su ausencia. No había nada más grande, ya la nada es más grande. Escribir y borrar, evitar palabras en vida, esparcirlas en la nube. Más adelante describir a mamá e imitar una voz de cariño dulce y salado a una nieta que no la puede recordar. 

domingo, 21 de marzo de 2021

EL ARTE A LO LEJOS

Empezar una especie de poema como una especie de ensayo era, en términos familiares, una suerte de limitación romántica. A todas luces incapaz de enaltecer la vida, y mucho menos de embellecer la muerte, el autor de estas piezas perseveró en la misma cadencia compasible durante años y años. Ni carros de combate desembarcando en una playa resultaban más pesados. La imagen del pequeño texto terminaba siempre en lo más alto de una duna, sopla el mar justo antes de poder divisar paisaje alguno, animal salvaje o ciudad ocupada. Muy a lo lejos se intuye, no se ve, una victoria poética. 

miércoles, 10 de febrero de 2021

RETO Y ESPERANZA

Recuperando la retórica nocturna de chocar contra las paredes de un dormitorio hasta encontrar una puerta y un pasillo y un váter. La imagen de unos escritores devastados con batas rafia y muebles intocables que se conocen de oídas en una Barcelona en llamas, que hacen un café tras otro agravando voces agraviadas y abrazados con los ojos cerrados a palabras que oyeron mil veces en casa. La misma imagen inspirando a grupos pop en la misma ciudad que rescatan los sencillos deseos de amar de la juventud, la normal y universal, la que no persigue nada concreto porque corre en paralelo a la eternidad. Lomos de libros en todas las direcciones, antigüedades de valor junto a la mise en place de un examen que nada significó, palabras sobre cocina e historia contemporánea, sobre gestiones administrativas y obras de arte, sobre trabajo y el día de Reyes. ¿Eso nos hace concluir que el orden constitucional es amor? Sí, concluyó. 

sábado, 17 de octubre de 2020

NUESTRO AMIGO ANTONIO

(Más palangana no lo hay, pero los códigos en los que se mueve su condición son fieles a su historia. Respeto. Una llamada de cuando en cuando me da pereza, pero no me avergüenza publicar en Internet un homenaje descarnado para siempre. Incomprensible).

Cuentan las niñas antiguas (hasta aquí la concesión) del San Francisco de Paula que las acciones de Antonio en los recreos transitaban de la bondad a la maldad y de nuevo a la bondad de manera memorable. Y en la bondad otra vez la chispa (hasta aquí el Aleph de tu infancia).

La vida que hay dentro de una expresión marcada de anhelo rotundo y la poliédrica Transición Española en Sevilla. (Imagino ese escenario y me prodigo en silencios y en reverencias a un amigo en herencia). Mi hermano y Antonio convenciendo con su pesimismo soñador a unas pocas cabezas que se giran. Se cierra el telón y finaliza el botellón. 

(Este es un texto comentado. Pero el paréntesis que antecede al final es sólo para tomarme una cerveza, solo una, y pensar en la espesa imagen redentora de una biografía no autorizada. No hizo falta una pandemia para decir adiós desde antes, mucho antes, al mundo de los bares. Cuando todo esto era campo de gestas y gestos de gasto medio. Ya no sé beber cerveza si no es de espaldas a un mundo sin bares).

No hablamos los unos con los otros, los otrora nosotros. Intuimos angustias por doquier y despertamos los sábados como niños recordando sueños trágicos de pérdidas en la distancia. No reconocemos ya las palabras que hacían envejecer con fantasía. No es tiempo para el arte, no para el inmortal. Y en Antonio otra vez la infancia y la juventud. 

domingo, 28 de junio de 2020

SEVILLA 1986

Comprar entradas en el Bar Cobos, atravesar un muro y cruzar una vía de tren como el que cruza un semáforo, buscar la buena senda sin vida de un descampado, robar oxígeno pobre a un cielo mudo y ahumado.

sábado, 21 de marzo de 2020

EN LOS CONFINES DE LA SAGA

"Nunca pasa nada", solía sentenciar mi hermano Rafa cambiando de canal cuando las conjeturas temibles de un telediario finisecular.
"Nunca pasa nada" también servía para apagar las pocas ilusiones post-expo que un mozo sevillano con los huevos negros se podía permitir entre un nuevo suspenso y un nuevo rechazo. Barriladas aparte, hacer cosas fuera de lo previsible era una pulsión que se venía cociendo en las mañanas de exámenes y renuncias y en los veranos que no pisábamos la playa. Así se armaba de almas errantes la supernova mediana que, desde Londres, cegaría para siempre nuestras vidas silenciosas. No sólo allí, también en los inverosímiles actos televisados de terrorismo internacional, comenzó a fraguar la sensación de que ya jamás habría nada que dejaría de pasar. Agitación y exposición a la incertidumbre, resacas imperiales y presumibles ciáticas siguieron marcando un siglo que corría a la velocidad de Odonkor (y con su misma imprecisión). Años rogando miserablemente por un cataclismo que me liberase de obligaciones asfixiantes, ese era el domingo. Años entrenando del salón a la cocina, gozoso en la reclusión, para el "Siempre pasa todo".

sábado, 29 de diciembre de 2018

TONEMA DE NAVIDAD

La muerte se hace esbelta cuando han pasado las navidades. Cabezas madrugadoras han visto espadañas saludar al infinito. Los inconcretos buenos días de mi corta vida en Londres han vuelto para constatar una teoría de cuerdas. Recuerdas una cocina incubadora, recuerdas un faro que te busca...

sábado, 6 de enero de 2018

LOS AMORTALES

La persona que más se ha metido conmigo en toda la historia (mi hermano mediano) estaba agotado. Mi cuñada era testigo de ese canto (no exactamente "Desencanto") con el que desaturaba la vida soñada en tarde ojerosa, noche ácida y mañana de ayer. Cesaba la música, y cada vez más temprano, ante lo que parecía ser un átono paisaje de fondo de escritorio. Demasiadas pantallas. Y por cierto, hacía tiempo que yo quería rasgar mi película y, cegado por ese haz, pedirles perdón por mis actitudes más ansiosas de años atrás (mucho alcohol en los sangrados de aquellas páginas).
Ella lo ve todo. Ve que el agotamiento de mi hermano hunde su calzado casual en el caótico lodazal de nuestras verdades infantiles. A pesar de la emoción que pide de beber, la ironía desala en pocos minutos el mar interior de la familia. Y eso significa, entre otras cosas, que las potables convenciones de las miradas esquivas actúan equiparando y resumiendo las vidas. Pero frente a eso, frente a los adjetivos de los demás, encontrar una abreviatura de inmortalidad era la causa vital de ambos ella y él. Tocar el pelo, aferrarse a la poesía.
Compran libros juntos, interpretan con ternura el final que se ve venir.