miércoles, 31 de diciembre de 2008

BETIS 1 - CHELSEA 0

En un jadeo y en una fuente oculta a un lado de la luz, los escritos traumas del reverso, reversibles. El encanto de cada estación, dijo ella, no justificaba mis diferentes formas de llevar el pelo, ni siquiera diferentes países donde llevarlo, ahora greñoso, ahora como un click recién duchado... allí frío y dulce, en unos meses mucho más tensos de lo predestinado. Volvimos a reirnos de mí, a un lado de la calle Goles. Aproveché la farola fundida y joven que este ayuntamiento descuidaba las primeras noches templadas, noche de relación ilegítima contra la luna de un Renault Clio.
(Párrafo a leer en primer lugar). Estamos en Torneo, llegamos tarde al concierto de Amphetamine Discharge, yo sedado contra las histaminas y contra la ansiedad pálida y vertiginosa, y te vuelvo a pedir disculpas maquinando un nuevo beso de violento a principesco, y giramos hacia la decadencia de nuestra plaza a media luz y más libre.
Tuve remordimientos agrios por haber desperdiciado un día grande desde sus albores. Oscurece antes, me voy alejando de toda aspiración cuando me encuentro de lleno en aquel tiempo de las ilusiones. Han pasado unos meses desde que volviera a ralentizarme intenso sin necesidad de grasientas cavilaciones mecánicas, y sin los sugestivos destellos en la pupila del alma, el orgullo. Me incorporo sin esfuerzo y me repugnan los ejercicios de relajación. Toda esta energía.
El mundo breve o en inmortal omisión nunca se hubiera resuelto, en un sentido o en una sensación, si hubiéramos desprotegido las presentaciones previas. Vanesa le ofrece el desayuno a unas cincuenta personas cada día, la mitad hombres, a veinte les devuelve la sonrisa (a los heterosexuales, y con intereses dignos de los años veinte), conoce el nombre de seis. Ostento un puesto destacado en balbuceo y turbación, subo cada mañana a ese patíbulo del nerviosismo que se convertiría en podio si ella mereciera la pena: "Mira - diría a su compañera - ese rubor distingue, en medio del espectro laboral, al festivo nacional, y quizás hasta se llame Domingo". "Qué marchosa te levantas los viernes - le respondería la otra -". Domingos llenos de promesas, materializadas en: gastronomía y amigos excepcionales, Trieste y Dubrovnik en un día, Vanesa con pequitas inadvertidas cuando mediaba un mostrador. Muy cerca, piel descubierta en distancias nuevas muy lejos de la costa.
Antes de otear la relación entre geografía y destino, pasé un fin de semana y un puente (fabricado a modo de sabotaje a la empresa) dedicados a un repaso a mi existencia. La lección concluyó con el empapado de varias camisetas durante las madrugadas posteriores (tantas como salidas quise mojar) y que el fútbol no es exactamente herramienta de evasión. Y cuando el Betis está descansando tras la primera parte debemos hablar de introspección pacífica y vibrante: tan sencillo como quererla entregada a mí al fondo de un autobús como en el final de El Graduado.

lunes, 29 de diciembre de 2008

“COMILLANGE”

“Falta algo en mi vida” será la rememoración de mi treintena: la leyenda en cuarentena. Platos limpios que se hacen añicos contra el gres, los violines que no desean más conquistas, una cancioncilla para lo que queda del misterioso chaval tímido.
Sí y no, la luz de los años noventa o la sombra marismeña de la mano de otra señorita adventicia, su beneficio lo mismo que su deuda, la atractiva susceptibilidad fraguando en mis perfiles blandos, y mis blancos desfiles de neologismos cariñosos, sí. Sí, y no, no es autocompasión.

sábado, 20 de diciembre de 2008

LAS NUBES

La lluvia y el sol siempre asomaban por la misma montaña, el alcohol era como de la familia y la humedad una novedad, como todos los años, día y medio dentro de una nube reverdecía el empeño personal sobre la necesidad de perspectiva, aun con la trampa del ensimismamiento y su botella, aun atravesando la puerta y la calle y girándome como en un duelo contra la luz de las ventanas, una semana santa de avituallamiento y continuaba hacia atrás en mis mejores momentos, hacia la nítida voz café-reflectante, hacia el renacimiento barroco de una escena doméstica o no conocida, hacia ilusiones recién hechas, o lejos de eso, hacia esa misma provincia cuando me parecía un país, hacia la salida de la gruta de las maravillas, y coche después viviendo al declinar y deslumbrar el sol borrascas tóxicas en San Juan del Puerto, los domingos, apretando los puños por una señal en morse en el último minuto.

domingo, 14 de diciembre de 2008

SOLILOQUIO

Era impresionante la moqueta de abajo cuando amanecía (ejem, lo más alto que podía el sol) toda llena de sobres con estampillas raras. El primer mes fue costumbre vivir ese primer látido del día libre en torno al almuerzo porque no había cuerpo español que tan lejos quisiera alardear más temprano. Por eso que el sol ya no subiría más, ni el día depararía nada más ilusionante. El resto de la semana, mucho peor: me levantaba antes que el servicio postal y la única aspiración al volver, con los ojos en el cerebelo, era tirar para arriba, tirar la mochila y tirarme en la cama.
Fui aprendiendo. Comenzó a despertarme el profesional ruido de ranura de la acción del cartero, iba comprendiendo también el porqué del bajísimo arco que describía el sol y las pocas horas que Nana Acheampong destinaba a vivir sin contar dinero y semanas a cobrar (aunque hubo un día que el hombre recibió a una mujer de su edad, y casi le doy palmaditas de empatía en la espalda). Cuando sonaba la irrupción de la correspondencia, yo caía de la cama y escaleras abajo. Y con la concentración de un niño, y un campo visual que simultaneaba veinte cartas más un trapo con restos de hierba, me hundía o me emocionaba... pero siempre con ojos de sapo, hermano.

lunes, 8 de diciembre de 2008

U.T.A.

La primera Facultad cristalizó en el placer de trasnochar con la sensibilidad de un Flaubert, un Mark Morriss encarando la humedad, la luz y el sonido con el gesto transparente y lento, muy seguro junto a ella. Rodearla con el brazo, detenerla, retomar el regreso, tocarla y despertarla, portales de Navidad y rocío de la mañana. Y olvidar en Londres, episodio que funcionó como la terraza cubierta de una juventud donde tomarse un respiro salvaje y volver vacío y pragmático y convencido de mí, opiniones. Comenzar de menos cuatro. Universidad, Trasnoche y Amor.

PULSA PLAY PARA ESCUCHAR LA CANCIÓN U.T.A.

sábado, 6 de diciembre de 2008

ALGUIEN ENTRE LA MULTITUD

Ayer mismo, cambió la vida. No han hecho un manual de instrucciones sobre instantes memorables porque la estación de energía que te suministra las palabras fue construida sin planos (frase para canción pop).
Hoy nos hemos despertado contra papá. Los albañiles te miran con mala cara, tu aspecto infantil les ofende o les desconcierta, hay un bar que no cierra nunca, un taxi se la juega a un cliente y te crees alguien por andar rápido. Esperarás mucho tiempo en los pasillos de tu facultad. El primer café después de un mes te confirma que hay una droga dura legalizada. Estás en uno de tus peores días del humor. Una alegría, han abierto nuevos bares en el barrio, más bares aún. El perfeccionismo te mata, aunque luego te das cuenta de que en realidad lo que te está agotando es la timidez. Y como expresó de otra manera mi hermano: timidez y café se refieren a la cocaína.
Ni los niños de Inglaterra han sufrido tanto en un examen. Reconoces a una multitud a partir de alguien y hace un rato te has equivocado al decir "hola" (has dicho "ole"). Ambos fenómenos se deben a que eres diabético y no lo sabes; o si no, cómo explicas que la luz apague tu visión y tu oído, o lo que todos contemplamos el pasado midi : comer chorizo de Antequera según San Mateo.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EL REGRESO ESTA VEZ SOLO

Mi ropaje intelectual quiere ser como el hilo (hilo) argumental de mi vida. Va perdiendo resistencia en relación con el comportamiento, yo, por eso su significación, voy perdiendo fuerza. Un hombre en las estrellas no piensa en otra cosa que en pisar tierra firme, otro en un ático pedregoso brinca junto a la baranda para ver un Partenón iluminado, arriesgando la bebida y la vida se resiste a la disimilación, recuerda. "Un minuto de atención, por favor, la situación es la siguiente: empiria y dramatismo". Al otro día, sin saber cómo, llegaría la reflexión más bonita del calvario: el sentimiento repetido no es resentimiento, amor.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

TODO ESTÁ DENTRO

Los periódicos locales, las radios locales, los informativos de las televisiones locales, reflejaron el suceso que nos ocupa y el ruido del tráfico en la misma noticia, como hacían siempre y sin la menor conciencia. Redacciones mal insonorizadas y comprensión con cara de mona hacia un conductor cuya premura sólo se justificaría en el caso de estar cagándose al ritmo del claxon, son dos posibles explicaciones a ese cierto impulso al desconcierto de la crónica matutina. La progresía y la regresía (aproximación a un galicismo que le queda grande) se habían aliado al olor de la palabra despiece. Para despedazarlos.
El suceso no fue un suicidio, y sin embargo así se aseguró.
Fui a tender la ropa recién comido por dentro por alubias del Día (no confundir con legumbres frescas), erguido artificialmente por un hilo de vida responsable, sin resuello y con sueño, desolado por la disipación de las últimas convicciones y la evaporación de las últimas ilusiones... La luz y el calor no eran propios de septiembre, este sudor no era propio de un intelectual. Y en un movimiento absurdo de puro perfeccionismo tendedor, sujeto a un alfiler (en consonancia con lo que fue mi vida) caí desde la azotea sin ofrecer resistencia, como un soldado vigía de cerámica que no comprende cómo llegó a las almenas. Y caí cerrando los ojos sin querer hacerme preguntas, ofreciendo resistencia a visualizar la escena frente a este maldito don panorámico que me vio crecer, e intentando no recordar ningún plan previo a la colada para no morir con un inmortal eco de rubor.

viernes, 21 de noviembre de 2008

EMPIEZO A CREER EN OTRAS COSAS

Septiembre del año 2001, empiezo a creer en otras cosas. Escucharé a partir de ahora todo lo que me digas, no pondré, te lo prometo, esas caras de inteligente que te enervan tanto. Si leeré ese libro estúpido que tanto te gustó, nunca supiste, en efecto, que una palabra tras otra es un truco al alcance de unos pocos. Te gustaré más, me degradaré por agradar. Hay una razón para cambiar de dirección en cuestión de días, te lo juro por Dios. Exacto, empiezo a creer en otras cosas. No puede ser casualidad lo que dijo Nostradamus en el siglo catapúm (mi infancia, incendios forestales) acerca de la mayor impresión de mi vida de salón. Comeré con menos pasión y nunca abandonaré mi repulsa al ruido rumiante. Te invitaré más a menudo, te lo mereces. Respeté siempre tu manera de prepararte el desayuno, y te asalté. Ya me doy cuenta de que empiezo a ver con otros ojos la programación de la segunda cadena los domingos por la mañana.

sábado, 15 de noviembre de 2008

MEMORIAS PENDIENTES DE UN HILO

La Edad de Oro es la traducción del pub cuyo exterior más cosas me prometía al principio. Esa calle se perdía en lo que yo quería imaginar un barrio a la sureña usanza, con más manzanas y más cuadradas, con sitio para alguna plaza. Lo que no dominaba mi vista era en realidad donde se escondían los vacíos y los zorros, las inconexiones urbanas y los disparates bajo un mismo techo, lo contrario a la Navidad.
Por Bethnal Green, o por Hackney Road, había un reformatorio. Creo que los edificios de alrededor estaban inhabitados, creo que la hamburguesa para hindúes vegetarianos y los ratones blancos entre luces de neón fueron concebidos en los años setenta, creí paseando farragosamente con mis amigos catalanes que en pocos años habríamos importado la fórmula de anuncios guarros en las cabinas telefónicas. Coleccionábamos esas cartulinas.
El sonido que hacen las orquestas antes de organizarse era la inspiración para la gente que se cruzaba en las calles más famosas si estábamos, eso sí, en un día festivo al sol de la tercera vía y asumíamos firmes responsabilidades para con el centro del mundo. Turistas, policías y actrices amateurs completaban aquella empresa de máximos por la que la especie era más humana y menos ecuánime. Todos hemos leído a Fitzgerald con los hombros caídos o todos hemos caído en la mismas debilidades de los hombres más leídos, daba igual, el hecho es que el amor siempre era un futuro mejor y dicha sugestión me tenía lejos de una milésima de abandono o frialdad. Sólo se sabía que pasaría el tiempo, ante lo cual yo pedía ser netamente educado, como un padre que instruye a sus hijos con la ayuda de la tele. Me gustan los picos de evolución, digo saboreando brumas de resaca y jugando con las palabras. Con esto ya se puede reconstruir mi cara en aquellas tiendas de discos, siempre directo a los puestos de escucha y descubriendo canciones para otro ciclo de mi vida. Había emigrado de espaldas.

martes, 11 de noviembre de 2008

A MÍ LA LECCIÓN

Vuelvo al concepto y he perdido la ocasión de adaptarme a la órbita demográfica, la entropía mancomunada relaja a cualquier vecino. Miro hacia abajo y compruebo la velocidad fugitiva de un derrotado amable, al final tendré un noble principio de escoliosis contradiagnosticado por evidencias, el peso que faltaba para evitar una rutina limpia sobre mis hombros, caspa de palabras y deseos. Un mirar a los ojos sin doblepensar: la atención que se propone avanzar, la conciencia que se retrae, el efecto de cámara de Vértigo visto con la expresión del futbolista Cocu. Sombra, deposiciones, sol, calle Sol, claros y nubes y actitudes. Formular promesas de éxito fue como recordar todas las capitales del mundo, igual de romántico y errante.

domingo, 9 de noviembre de 2008

LOS PRINCIPIOS

Las ventanas permitían dócil paso a la luz, no a imagen alguna. Mortecinos eran los exámenes por la tarde y Montesinos eran los hermanos que nunca los hacían. Yo, empollón y buen jugador de futbito y baloncesto, me movía en la sutil frontera de la marginación fraternal y el respeto germánico, el segundo calificativo más propio del primer significado según nos aporta nuestra pronunciación roma.
Cuando volvía al colegio después de comer, acariciado por la temperatura más gestante de la especie, encontraba a mis amigos en plena euforia deportiva o disfrutando de la canícula, referencia aquí a tierra horadada, a perlas americanas y técnicas de disparo, chasquidos. Una de esas tardes me encontré al Buyo hecho un poema de Lorca: jugando al poliladro había resbalado con una mierda situada en los alrededores del comedor, cayendo además sobre otra mucho mayor un metro más cerca de la cocina. Las autoridades magistrales le dieron la tarde libre, pero no sin dedicarle antes una faciloca reprimenda pública, a saber si por el olor que había adquirido su ropa o por recorrer olvidados recovecos del onomatopéyico colegio Padre Manjón.
El Chóped (trigo de San Luis y San Julián) era el generoso apodo de nuestro grasiento director. El Casquet (oráculo del Casco Norte) fue expulsado para siempre un almuerzo por darle un conmovedor puñetazo en defensa propia y generacional. Honor de menor, tampoco habíamos pedido venir a este mundo.

sábado, 8 de noviembre de 2008

VIAJE AL CENTRO DE SEVILLA

Oficialmente, las primeras brisas del otoño eran el quince de septiembre, a las horas más relevantes. Yo había crecido creyendo en esa clase de frío, es decir, en cierto brillo en los ojos en jovencitas que piden refugio en ciudades grandes. Todavía no había envejecido nada, y eso debía aprovecharlo (ya me sabía de memoria el párrafo que fue escrito para un tiempo así).
Por mí, que pasaran los exámenes estrepitosamente sobre mi reputación, pero sin pausa, lo más rápido posible. Mientras yo estudiaba por contacto, interesantísimas colecciones se anunciaban sin cesar en la tele, y entre cena y cena (los horarios que diferencian a los vecinos) publirreportajes densos como las perrunillas nos hablaban sobre el cambio de moneda. Y en términos generales, la nitidez prometía ser el nuevo valor en auge.

viernes, 7 de noviembre de 2008

LA LIMPIEZA DE LOS TERRENOS

A este lado de los ladrillos, el ruido, el movimiento, registrados con rigor y un destello lenticular. Llovía en la calle. Puedo creer incluso que el camino a la casa de un amigo con Spectrum fue tomado por el cine, el relieve y la infancia. Cualquier parecido con Manchester era la causa de la diferencia que existe veinte años más tarde entre unas personas y otras. Os aseguro que me gustan los toros serios, por eso ahora el sol se hace más y más grande, y el cocido se almuerza doble, y el gazpacho de mi madre me salvó de la ruina. El Doctor Who, la Feria... y reconozco que estoy en crisis.

martes, 4 de noviembre de 2008

MARíA

Yo no he visto la película. Por eso para mí Amélie eres tú y la película es tu cuarto y tu cama, y tu cintura iluminada en rojo y tu cariñosa investigación de mi cara con barba... y la Navidad, tu decisión de venir a verme fuera de todo pánico, hacer de la distancia natural que separa los cuerpos una causa para abrazarnos con más fuerza que nunca, que siempre sería así. Tu forma de llamarme desde tu dolor de garganta hasta mi nudo en la garganta. Me parece que llegará un día en que no podré escuchar la canción número 4 si no es con la luz apagada, si no es con la luz encendida.
Intuyo que cambiarás con el tiempo al tiempo que yo permaneceré impasible no por orgullo sino de dolor. Yo te querré como cuando te esperé hora y media en la playa y no apareciste, aquella tarde en la que empecé a sorprenderme de los efectos que la espera tenía sobre mi esperanza, cara de que algo me pasaba entre la casualidad de la canción con tu nombre (en el lugar y el año en que naciste) y creer verte diez o doce veces entre la arena... y el fondo del ruido del mar... y la médula espinal. Como si de medir pulsaciones se tratara, me puse a caminar muy concentrado e impreciso, despreciando sin pruebas a la gente que frivolizaba ese domingo en la playa, diseñando planes urgentes de conversación natural, optando finalmente por espiarte a cincuenta metros y segundos de coger tu bici y marcharte en dirección opuesta, y mil cosas más.

lunes, 3 de noviembre de 2008

CRÓNICA INTEMPECTIVA, PRIMERA LARVA

Ya. Los truquillos de siempre descorazonadores pueden ahuyentar a mucha gente que merienda. Pero quizás quieran rendirse al descubrimiento de la hinchazón del alma, los pómulos de teflón sintiendo olor a chimenea. La Almería de la borrachera de mi infancia, Huelva como infancia de mis borracheras, Sevilla coma romántico.
La superación asistida tenía contactos con la extraordinaria individualidad, proezas que un minihombre canario no alcanzaría a imaginar: andar y correr, andar y beber, coma romántico.
El Mostour me esperaba, el autobús se marchaba. Trocar el lógico guión de las cosas y: coma rotonda.

domingo, 2 de noviembre de 2008

MOSTOUR, PREÁMBULO

Ya sabrán que más allá de Stoke Newington, carretera comarcal hecha alta calle, hay un pub rodeado de cuervos y relleno de mesas de billar con tapete rojo y cerveza caliente por defecto. Extra old. Donde el pino hito anuncia el final del mapa, antiviajes y antiproyectos, asoma el mismo local adaptado a la órbita suroccidental que tanto nos fascina metabolizar. Y desde esta casa, ayer, comienza mi crónica intempectiva.

viernes, 24 de octubre de 2008

EL MITO DE LA TABERNA

Renunciamos a combatir el humo, el fluir de las generaciones, las nuevas canciones, viernes: mañana vemos el fútbol. Humo de insinuaciones, medio dominado y ambiente hostil, oh sí. Esto es el pasado, que se lo digan a Cardeñosa, que se lo murmuren a los del bar: gente morena de alcohol y carente de noches a media voz.
Canción protesta es un género para integrados, en lo alto del escenario, Reina Mercedes, mayo del 88. Debajo de los adoquines están las ratas, fumásemos gauloises o celtas o neumáticos ribereños, y muy viejos, y muy adorados en contraste con cielos más blancos tanto como amarillos que Bellavista. La azotea de mis abuelos, el lavadero, y cuarenta tostadas hechas en carmela durante el primer fin de semana de la tortura aspirada “perspectivavital” para uno mismo. Estamos bien.

sábado, 18 de octubre de 2008

VERSIÓN DADA POR EL REY

- Un día entre dos parece mucho más que un día - dijo Rinconete -.
- Hacer del lunes otro sábado - apostilló Cortadillo -.
- ¿Qué propones ahora, Rincón?
- Colarnos juntos en el autobús.
(Profundo intento por enterrar los rumores que desvelaban la verdadera identidad de los fumadores que se amaban. Las calles de Madrid dan fe de que artista y monarca revivían la canción a menudo, y siempre completamente ciegos entre viandantes serenos. La gente fingía no haber visto nada, apenas una sonrisa cariñosa pero nunca un comentario. En las horas más densas, él hablaba con voz muy alta y un sorprendente acento andaluz. Ella cantaba muy bien abrazada a él. Al caer la tarde, se asemejaban a esas parejas de drogadictos que no llegaron a los años 90. Días de vino y rosas, ancha es Castilla).

martes, 14 de octubre de 2008

NUBES Y CLAROS

Me iré a Londres y te escribiré desde allí. Así de lejos me escucharás más cerca que nunca. Cada carta te remitirá a una dirección nueva... a una dirección nueva. Me pasaré las horas en silencio, y la inmersión en el idioma se reducirá a una expresión serena de ironía. Y más importante, la inmersión en el carácter será una baliza que evitará naufragios de fatal desenlace, una señal para ti.
Me sabrán agridulce los días interminables, viviré con la bruma matinal y tu cuerpo ardiendo en la planta alta de los autobuses rojos y fregando cacerolas más grandes que mi padre.
Todo es temporal, los musicales, los estrenos mundiales, el Royal Albert Hall mitificado, el Albert Memorial desconocido, ...y un junio a la tarde noche.

jueves, 9 de octubre de 2008

BETIS-CHELSEA

Tuvo que ser alrededor de la primavera de aquel Betis cuando comenzaron los desfiles de frases lapidarias. Mi nuevo amigo Alberto era seguramente el camarero del bar donde yo pretendí de forma notable a mi buena amiga NOMBRE OMITIDO aquella tarde grandilocuente en lo que a vino de pitarra se refiere. ¡Yo la quería! Conozco mi actuación de rebotar por el bar señalando una mancha de vino que había en mi camiseta al anuncio de This is blood, haber conversado con un hispano-inglés de corte grutesco (se aceptan lecturas rápidas) y amigos pendencieros (también de orejas para afuera).
Y yo hacía toda mi performance en amor a la mirada de mi amiguita. Seguramente ella coqueteó con mi nuevo amigo Alberto, Alberto Ortega, entre sollozos de placer bebedor y la desentonación de las almas inteligentes. Yo tenía toda la imaginación al servicio de mis decisiones irresponsables y, como si hubiera escrito el futuro de los demás, sonreí suavemente a una adolescente que años más adelante (años como los de ahora digamos) sería mi mujer. Porque no me equivoqué al confiarme, siempre dije que mis años veinte representarían un perfeccionamiento, ante todo físico, una superación progresiva, sobre todo en encanto personal, cuya meta se situaría en mis treinta años y mis treinta expresiones aprendidas en horas de antiguo encierro y literatura nueva.

sábado, 4 de octubre de 2008

ESTRUCTURA ÉTICA DE CRUZ LATINA (o el nacimiento de una región)

Podía desenvolverme con la libertad que sentíamos los ateos católicos, la misma libertad que jugar atrevidamente a los ocho años o competir en decathlon playero conscientes de los padres protectores, condescendientes con nuestras derrotas y triunfos etéreos por la crónica de ambas risas de las niñas. Padres y sombrilla, sobre todo la pérgola, dispuestos a acoger depresiones y dolor. La sociedad católica española del último tercio del siglo XX me proporcionó la bendición de sentirme abovedado. Cuando, amenazado por los canis, las notas de Económicas, los amores despiadados y cualquier otra inflexión del carácter en formación, atravesaba la puerta de una iglesia sevillana... conseguía rogar sin rezar, crecer sin creer, pacíficas las asimilaciones del temor y amar sin querer. Fortalecidos mis códigos como durante la misa del gallo que consagraba nuestro botellón en sus puertas, en la Plaza del Buen Suceso, entiéndase la tautología (váyase también al Minibar chico), o detrás de San Isidoro, sintiéndonos seguidores en cierta esencia de esa ciencia.
La otra mejilla sonrosada será besada por fin con frecuencia, pensaba de las extranjeras en una primera emoción. Las reservas que al principio les sugería la Espiritual de Europa apenas resistían dos montaditos de carne mechada, jamón, ventresca o lomo al jerez con su Cruzcampo, y un leve cruce filosófico y seductor con mis amigos más tolerantes al alcohol. La Reserva Espirituosa de Europa también era competente en materia artística y social: noble trascendencia para nuestras vidas conquistadoras.

sábado, 27 de septiembre de 2008

LOS EVASORES

"Hazte mayor". Echó de menos un premio a la paciencia y otro a la fatiga ponderada, echó de menos el ruido premioso de coche por esquina adoquinada, entró en la habitación más suiza con ventanas al pueblo. La asíntota que era su nostalgia tenía que ver, que imaginar, con el ladrillo mojado de la pequeña ciudad que construyó su padre, que no llegó a ser el porvenir que soñara joven desde los olivos, o entre grúas y alúas. Se examinó el antebrazo y, escuálido y autodestructivo, le evocó una imagen de sus primeras decisiones independientes, un brazo mecánico que parece agarrar obsequios y sin explicación legal no consigue retenerlos. Caramba, mira hacia una ladera que podría ocultar un tesoro y, sin saberlo, inclina la cabeza: las naranjas son amargas, chicas underground se multiplican por azoteas.
Dejó una posibilidad a medio fracasar, no cabe otra especulación, pero suficientemente confortable y morena como para andar escribiendo todas las borrascas sobre terrazas soleadas, por escribir durante días encerrado, y también por describir las nubes caladas de sobremesa. Y toca su antebrazo renovado aire limpio y a ratos amarillo Arenal (amarillo Baratillo, diría algún amigo, amarillo postre, cartucho de pescado, Reyes Católicos, una semana antes hacia el Tibidabo con labios e ilusiones selladas, mesas niqueladas con pastelitos y servilletas de papapel extrafino, ole).

jueves, 25 de septiembre de 2008

EL MAL DE BANQUETING

Es importante saber que soy lento con gran capacidad de sufrimiento para hacer de las situaciones in extremis un álbum familiar y adelgazar compulsivamente de estresante soledad. Me he visto más de una vez apurando la noche para cumplir con mis obligaciones de estudiante o freganchín, tomando un atajo más largo que el camino oficial, pero con paisajes, merenderos...
...Delirante lentitud, y la cara que tenía Camilo Sesto en los primeros noventa ajeno a la mofa popular. Un quinquenio más tarde él recuperaría algo de éxito entre la sociedad civil, y tras otros cinco años, algo de expresión humana en los escenarios. Mi caso no tiene cura, la seriedad colgada del techo me sigue exprimiendo (y es un galicismo), aquí rodeado de restos de una fiesta y obsequios de oriundo desalmado, allí ganando terreno al mar estéril palabra por palabra, paralizado en el prólogo o, lo que es lo mismo, en las despedidas a los que terminaron su jornada.
A la mañana siguiente, un empleado de seguridad hace un visionado rutinario, rápido y pausado de las grabaciones del circuito cerrado de la noche anterior, noche cerrada y circular. Un cuerpo inmóvil será despedido por soñar despierto.
Esto nunca sucedió, pero sí regresos al alba (deshora) sin cobrar por vergüenza (deshonra), y se cumplió también que nunca pude hablar y vislumbrar en las calles el idioma que sí asimilaba en condiciones de sobremesa, en la hora del té económico, en la ventana llena de polvo, junto a una grieta de luz, panorámicamente solo.

lunes, 22 de septiembre de 2008

LA ADAPTACIÓN AL MIEDO

Motos de bajísima cilindrada, ecos de amenazas, velocidad y violencia en todo lo que oigo escondido en mi habitación. Si me asomo descubro a un frutero con casco de correa, a los amigos salesianos, bajo mi balcón la exaltación cómica del acento y los niños pequeños en domingo. Ya veis, como la cueva de Platón pero en medio de resonancias deformadas: la cueva de latón.

sábado, 20 de septiembre de 2008

LA IMAGINACIÓN SE DESVANECE COMO SI DEJARA DE LLOVER

Los escalones de la vigilia se erosionaban a fuerza de anonimato y tardes anegadas por la timidez. El viento de imágenes con canciones impresas de expresiones maquilladas sutilmente (virtuosismos tales como arena en los ojos de una chica con fiebre) no significaban ya otra cosa que simulacros en el curso de un-amor-más y una-vida-menos.
Un febrero y por la tarde, cuando escapé de aquel amasijo de palabras finiseculares, que formaban todas superpuestas una especie de "u" prolongada, cual abucheo, no supe implorar grave ni persuasivo que amainara el viento y empezase a nevar con Mónica al lado, sino que el alcohol se hizo sangre y la cobardía apatía. Palabra del soltero. Una necesidad caída de los nubarrones, captada sin el menor titubeo y con los más notables balbuceos, porque veía en tu mirada, más tu sonrisa recriminatoria, la paz sin condiciones (creo recordar después de interpretar los posos de mis fábulas). Sin embargo, esta vez no fue tanto el borrador del principio de Arquímedes (el dolor corporal desaloja el último volumen del amor), no fue tanto eso, imagino, lo que me haría más fuerte e impasible ante lo imposible, como una callada confianza en que la siguiente temporada sabría detectar con pasión cualquier otro regalo de tamaños ojos y esa lozanía. Y después de lo dicho, mi nobleza ancestral y el realismo poético me empujaron a la lealtad más erguida, a la evasión inconfesable.

1990, UNA PAREJA RECUPERA EL EXISTENCIALISMO DE MASAS

Al fin sintieron deseos de salir de allí. Abrieron la puerta de aquel pub de paredes oscuras, y una tenue luz, y una tenue brisa, les deslumbró. Desconocían aún si eran las ocho de la mañana o las ocho de la tarde. Yo hubiera apostado a que estaba amaneciendo.