sábado, 18 de octubre de 2008

VERSIÓN DADA POR EL REY

- Un día entre dos parece mucho más que un día - dijo Rinconete -.
- Hacer del lunes otro sábado - apostilló Cortadillo -.
- ¿Qué propones ahora, Rincón?
- Colarnos juntos en el autobús.
(Profundo intento por enterrar los rumores que desvelaban la verdadera identidad de los fumadores que se amaban. Las calles de Madrid dan fe de que artista y monarca revivían la canción a menudo, y siempre completamente ciegos entre viandantes serenos. La gente fingía no haber visto nada, apenas una sonrisa cariñosa pero nunca un comentario. En las horas más densas, él hablaba con voz muy alta y un sorprendente acento andaluz. Ella cantaba muy bien abrazada a él. Al caer la tarde, se asemejaban a esas parejas de drogadictos que no llegaron a los años 90. Días de vino y rosas, ancha es Castilla).