miércoles, 25 de febrero de 2009

PREFERÍA PREFERIA

El paso pendular de obligaciones en lo alto, la montaña de apuntes y más dualismos, cosas así le llevaban a salir a deshora y desdía, disidía. Decidía con naturalidad saltar al ruedo de las plazas mayores cuando ya los toros sólo corrían en los grabados, el rojo era el pasado, los escaparates en penumbra diurna también. Le pareció que nada había cambiado desde que comprara sellos en aquel mercadillo, se acabó el pasaje y reflexionó, y volvió a por una cerveza en un bar de la calle Arfe. Era un bar antiguo, de croquetas rebozadas en serrín, mostrador reblandecido por lustros de movimientos torpes. La debilidad humana le daba fuerzas, lo que ya dijo el otro yo: vuestro cansancio es mi energía para crecer. Caía la tarde barriéndole los pies (clarividencia popular), y así empezaban las aventuras que inspiraron a Timun Mas unas vacaciones.

jueves, 19 de febrero de 2009

LA POSTERIDAD

Ahora veo un puerto deportivo a las once y media de la mañana, ahora que la luz del cd es la única luz en la casa. Obsesionado con un triángulo estival.
El infinito entre dos puntos, la densidad gráfica, un clásico concepto transalpino. Lo que queda de por medio es una vida extra, tranquilamente el éxito.
Tampoco mis parrafadas torpes sobre La Escapada impedían la sensación general de estar haciendo algo grande. Por encima de universos de marcas, de las émulas gimkhanas del joven del bigote, estábamos los hermanos y los amigos claudicando ante la media mañana derrotados por la faceta más feliz del viento mediterráneo, aires de poesía para la alopecia. Las bendiciones bien expresadas y la gente pasando eran el punto fuerte del más famoso del grupo.

sábado, 14 de febrero de 2009

UNA FORMA DE QUERERSE

Un árbol se mueve por un golpe de viento y todas las hojas se oyen mantenerse, también desde mi cuarto puedo ver un rayo de los que llegan a la Tierra en dos, y dudo... No tanto por huir de Tony Kaye como por respeto a mi memoria, me decanto por lo que se me ocurrió primero. Después del ruido de la copa del árbol aparece el título junto con el sonido de dos copas que brindan. Me tumbo en el sofá, falsa serenidad, lo cierto es que me da miedo un gato llamado Mimí. Mis botas descansan humilladas en mi habitación porque esta mañana Mimí ha intentado fornicar con ellas. Cuando quiero estar tranquilo lo dejo fuera, en el jardín, y ¡me encierro! en la casa.
Siempre que volvía en el autobús todo el mundo me miraba dormir. Mi imagen era más incómoda que tierna. De acuerdo, me ganaba el pan con mi sobreesfuerzo, pero ya tenía un buen surtido de pelillos en la cara y así era muy difícil despertar compasión. Cuando me despertaba, la gente que había estado contemplándome apartaba británicamente la mirada y los muy imbéciles se chocaban de ojos entre sí. Oliver Twist.

lunes, 9 de febrero de 2009

UNA VEZ TUVISTE UN BARCO

Insististe en acercarnos a ese espigón que tanto te gustaba y yo temía. Mis temores se hicieron realidad. Nada más llegar, vi entre las rocas algo que se movía ("buenas tardes") y se volvía a esconder. Y me arrastraste hasta donde terminaba el espigón. No podía dejar de pensar en el desenlace de esa película y tampoco podía evitar verme contigo desde la playa en legendaria diagonal. Al final había un faro que no pasaba de semáforo. Sin darme cuenta, acabé tirando piedras al mar como si tuviera un jersey amarillo a la espalda. Interrumpí en seco el juego ajeno. Pero lo cierto es que tampoco era consciente del paso de las horas, besos y mareas porque sólo sabía pensar en el paso de los años, así que retomé mis intentos por hacer saltar las piedras de ola en ola, mientras tú me puntuabas generosamente.