viernes, 3 de julio de 2009

EL SUPERHOMBRE

No quiero protagonizar confusiones de ninguna clase: ni las que te hacen sentir culpable ni las que te. Hacen. Sentir. En vano. No pago una noche por cristales tintados, quiero ver el verde de verdad, como se ve en la ciudad del sol, admito que existe una gama y que no sé mezclar bien los colores.
No concibo la vida sin concebir una vida.
Una semana más tarde o una tarde de más y el superhombre recuperó su oficio de escribir mensajes sin enviarlos, por miedo, sabía que había derrapado un poco antes de girar, tanta suficiencia y llamaradas de altura convertían la experiencia en pasto de las miradas, precisamente era el momento más inédito de su vida.
Ella le preparó por última vez el primer desayuno de silencio.