sábado, 25 de julio de 2009

EN LA PUNTA DEL CEREBRO

Insistencia en un tema. ¿Cómo se llamaba esa calle? Es el reducido West End donde las discotecas taciturnas apuestan por una bonita manera de sorprender a los árabes. En todo caso, siempre será mejor volver y volver.
Formé parte accidental de una demostración contra Pinochet, y al preguntar a un periodista chileno por lo que se cocía allí dentro me contestó, con barítona antipatía, que estaban decidiendo la suerte del General. Quise conocer los alrededores, sentí miedo y me fui a casa.
He perdido la primera convicción que me trajo hasta aquí. La aventura está cambiando mi físico, mucho más feo y mucho más fuerte, pisé el único excremento callejero de Gran Bretaña frente a la última casa de Freud, sólo dije tonterías en un puesto de libros (no salía de la palabra epigrama) y me está gustando el run-run que en otro tiempo me atormentó, mi conciencia crecía una barbaridad.
Recurrentemente, sí, no entiendo cómo pude vivir tantos años sin ti.