viernes, 20 de noviembre de 2009

MIRAR HACIA ARRIBA Y HACIA ABAJO

Hacía años que no revivía Rochelambert (a la manera medianamente épica de Perales), gracias al ruido sus mañanas de comercio, o la segunda bienvenida: ralentizados de calor, no relentizados de verano, puntos que son vecinos desde el piso más alto hasta entonces conocido. Un compañero de clase era panadero. Yo jugaba con el ordenador de teclas de goma. Dinastía. Mamá me hacía chícharos porque ese año me encantaban (planté uno en un algodón) (mamá). Iba al colegio como ahora al trabajo, después de los novillos de los demás. Después de los novillos, los toros bravos.
(Casa rural en Sierra Morena, primeras estribaciones del siglo XXI)