viernes, 5 de febrero de 2010

LA ARIDEZ ES LA CERTIDUMBRE

Unas veces estoy exhausto, falto de sueño me revuelvo contra mis sueños, gran parte de las tardes entierro cada mensaje constructivo, cualquier expresión de vida, en mis distintivos más fieles: los escombros realizadores, el detritus cáustico e irónico. Me refugio en el frío de mi habitación sin calefacción, piel separada del alma soberana e imagines maiorum de mis impasibles presentimientos. Sentir sin frustración el aislamiento expreso, un cerebro vivo en la eternidad de la dimisión de aquel amor sin concesión, los recuerdos átonos y la criogenización incompleta... artísticamente hablando.