domingo, 14 de marzo de 2010

EL GOLPE DE CALOR DE 2005 (refrito)

Durante el Golpe de Calor de 2005 yo dije exactamente así:
Recuperé mi vida, la que intuían a media distancia cuando veintidós años (al contrario, veinticuatro por lo menos) me alumbraban. Me rompía y recomponía, viajaba, velaba, amé. Nadé fuerte con pelo de cartón, la arena hundida, si el viento amainaba ya no sería correspon... sal de mis pasiones! Ella no reaccionaba según sus gustos, el salitre es bueno. El Mats Wilander de los bares restaura la palabra fuerteventura.
Me he reintegrado antes de lo prometido, y admito mi pasado partisano capilar, pero me gustan ahora casi tanto como las pequeñas alergias de la vida, los coches que derrapan con música justo en la curva donde vivo, he marcado un horizonte premeditado allá por seis años atrás, y pequeños horizontes en la precolombina planicie en la que descansa un administrativo sin calvicie. Final de copa (una más, por favor), éxtasis bético y fraterno, y atrevido respecto a una lugareña prohibida más allá del Tibidabo... derrapando!
Luego resultó que aquel partido no se jugó en Barcelona sino en Madrid, y mi hermano no pudo asistir. Ganamos.