viernes, 28 de enero de 2011

MIRA LA MAGIA TROPEZANDO

Es una tarde muy blanca, sobre todo humeante, milagrosamente melódica en la que zamparse lomos a la ceniza, uno tras otro, y cerveza holandesa, más allá del producto básico. Una de esas sobrevaloradas barbacoas en dos décadas, cuando se atreverá a mantener en círculos abismales que "ya jamás él ostentará el dominio sobre el tiempo físico que los juvenales fueron exprimiendo -recursiva- con su aventura". Pues es así que él tiene miedo fresco y que corre de la impresionabilidad al amor lo mismo que del rubor-sudor a la fuerza donde gravitan sus sintagmas superfluos. Simpatía de los últimos días, secta donde predicar resistencia al dolor con base en el deleite, en las miradas de las bocas de las chicas a medida que dice estas cosas envoltorias del cambio de siglo. "Como 100 años antes... muy imaginario", se dirá al final. Y se cae a modo de galaxia.