lunes, 6 de julio de 2015

COMO DIEZ METROS CUADRADOS

Aprovechamos el secuestro de nuestra primera juventud, hermano mediano, gracias por ejemplo a que en las paráfrasis (como lo de la primera juventud) precipitábamos piedras propias (como acumuladas esporas de sueños y vigilias). Los homenajes de esa naturaleza, cuando las nubes pasan rápido y la cabeza danza en busca de poderes necesarios (la ubicuidad invisible el primero), no resisten bien el cambio de siglo, este caucho en vez de piel, a no ser que el homenaje se deseque, ya te digo, a la manera del Mar de Aral. En el foso que rodea la habitación se aprecian formaciones rocosas y fértiles, azarosas e inamovibles.

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