En Príncipe Real estabas irresistiblemente colorada. Aunque lo atribuyeras al mediodía sofocante, puede ser que recordases muy gráficamente tu broma de esa mañana. Quiero creer.
Frases famosas se escucharon esos días por Vianalandia, con su sal y sus arritmias, con la dicción más juvenil, patrimonio de la sublimación. Que si soy tu fan incondicional, que si en esos ojos se ve que pasa algo, que si la apuesta de mi vida y tal y cual. Así como la gravedad de la sinrazón y la caricia de los universos paralelos. Tú quieres creerme.
sábado, 4 de julio de 2015
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