domingo, 23 de octubre de 2016

DOMINGO, 23 DE OCTUBRE DE 2016

Me quedé afónico, dije demasiadas cosas sin resultados edificantes, sin contacto con tus manos o tu cuello "hostel". Decidí buscar el agotamiento propio antes que causar el tuyo. Me agoté intentando descifrar señales, indiferencias, temores, diferencias. Pensaba que mis poderes existencialistas podrían con todo: vencer a tu belleza misma, remarcar la tipografía con la que me recordarías una tarde de desengaño, o ponerle voz de doblaje a mis pocas palabras reveladoras. Seré invisible en un mundo vertiginoso, regeneracionista y lleno de encantos: ser sólo un nombre y una voz y unas palabras.

viernes, 14 de octubre de 2016

EN OTOÑO SIEMPRE ERA EL MISMO AÑO

A mediados de octubre aparecieron unas sombras húmedas en mi perfil social que destilaban estruendo y muchísima impaciencia. La única cosa que había ganado últimamente, esa imagen de nobleza confortable que supe proyectar con calidez, ya no se la creía ni ella ni nadie. "En otoño siempre es el mismo año", escribí al compartir un vídeo de los Stone Roses que ninguna protagonista interpretó como una historia real. Ni la canción, ni la imagen de los adoquines elevando su rumor anhelante, eran carne de sus huesos. Las luces del Arenal, muy cansadas y proféticas, ya no deslumbraban ni aguzaban el instinto y el naufragio. Otra vez era imposible que la resurrección con la chica mejor ocurriese una noche cualquiera.

domingo, 9 de octubre de 2016

TENDER IS THE KNIGHT

Del año 2008 recuerdo mi travesía a caballo por la A-4, saltando por encima de las motos y los Smart al grito de "Inées" (esto es conjugar un pasado compuesto por mujeres en la niebla). Llevaba por espada mi móvil, que antes que arma era valor: hirientes mensajes clavados en mi abdomen que ansiaban curación. Su Torreón, de ladrillo visto y custodiado por centinelas de botellón, estaba en un recodo de la M-30, en el Barrio de la Concepción. Pero pasé de largo, encontré que no era el tiempo de engolar cara a cara una sensación por legendaria que ésta retumbase en la distancia, decidí cumplir 33 años y entrenarme un día tras otro para un digno y justo más allá.

sábado, 1 de octubre de 2016

NI QUISIERA

Explorando caras inconformistas fue que te puse contra la pared. Tú demostrabas un veinte por ciento de pasión por mí, yo te leía un poema de Goytisolo que evidenciaba mucho miedo a morir. En el reflejo del silestone color champagne yo era superviejo, pero en el espejo sobre el que se apoyaban todas las botellas que quería probar parecía un niño con barba. (O era al contrario). No sustituiste a nadie a pesar de tu fragor, eras una preciosa recompensa sin nombre, orgullosa de tu sombra y rutilante estrella en la noche alamediense. Ni siquiera un millón de sábados (no sólo míos) me hacían olvidar el rechazo: el rechazo de mi vida: que nunca sería mía.