sábado, 30 de enero de 2016

LA VÍSCERA DE MI REENCARNACIÓN

Este otro soy yo. Sin nadie esperarlo realmente, está a punto de expresarme el vaivén inhibidor de las rodillas, la cintura roscachapa, no es una jota: "quiero conocerte" entonado en clave de domingo anochecido. La mayor verdad de mi boca ni te parecerá un espectáculo romántico ni saltará por encima de las avivadas hogueras del imaginario snob, y sí, por el aire contenido en la frase convenida, cribarás simpáticas cenizas candentes de superamante. Cansancio, franco cansancio de uno mismo, verdad, franco desdén hacia la relevancia contemporánea. Muerto ganaré mi batalla: ¡cid, cid, hurra!