viernes, 2 de septiembre de 2016

CARECER, REZAR, SUBLIMAR

Este poema versa sobre lo poco que te conozco. Es un poema porque da pena. No hay versos, no hay besos, iconoclastas rimas, no hay sexo. No hay verdaderas simetrías, sólo las coincidencias que deja traslucir un papel doblado. Sólo hay amor de este lado; y algo sí rimó con la tiniebla cerrada, ¿ves? Y algo sí te dije con la boca lacrada. Mereces otra cosa, eso mascullan mis especias caducadas, pero es que yo soy perenne en la nada, me planto en los pequeños bares gourmet sintiendo la probabilidad mística de un encuentro (te fabulo de repente... obstinada). Pero el lacre diluido en agua se ha perdido en los alcorques, ha terminado el verano y la cara no puede pesar más, yo creo que estoy preparado para la lobotomía pagana. Una tormenta seca.