sábado, 28 de enero de 2017

VIVIR PARA RECORDAR

Dado que no estaba acostumbrado al fluir untuoso de las cosas, produje un tonto recelo hacia la coincidencia del bien y del mal. No sé qué fuerzas entrópicas te pusieron junto a mí en un domingo de asistolia cualquiera y luego en medio del noviembre espídico y no sé qué vendaval de pensamientos te hubo perfilado una silueta así para mí. Por supuesto que contuve tu piel cerca de mí, así, sin un roce, sin escuchar la sugestión famosa de la década dos mil - dos mil diez. Pero Sigur Rós suena constantemente para quien quiera acelerar el horizonte.
La gente aplaude a chicas como tú porque el cine de autor trémolo sacraliza tu rezo, así tus tics de sociedad negacionista me acariciaban el pelo, así como el cráneo blando. La timidez primero, la desesperación al rescate y la tangente contigo de la mano explicaban el porqué de una Alfalfa vacía y redentora, tan silenciosa como procaz y perspicaz. Willesden Junction reclama su chica, la estación de metro del Pireo aún con más fuerza la observa durmiendo sobre mi hombro.

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