lunes, 22 de septiembre de 2008
LA ADAPTACIÓN AL MIEDO
Motos de bajísima cilindrada, ecos de amenazas, velocidad y violencia en todo lo que oigo escondido en mi habitación. Si me asomo descubro a un frutero con casco de correa, a los amigos salesianos, bajo mi balcón la exaltación cómica del acento y los niños pequeños en domingo. Ya veis, como la cueva de Platón pero en medio de resonancias deformadas: la cueva de latón.
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