domingo, 9 de octubre de 2016

TENDER IS THE KNIGHT

Del año 2008 recuerdo mi travesía a caballo por la A-4, saltando por encima de las motos y los Smart al grito de "Inées" (esto es conjugar un pasado compuesto por mujeres en la niebla). Llevaba por espada mi móvil, que antes que arma era valor: hirientes mensajes clavados en mi abdomen que ansiaban curación. Su Torreón, de ladrillo visto y custodiado por centinelas de botellón, estaba en un recodo de la M-30, en el Barrio de la Concepción. Pero pasé de largo, encontré que no era el tiempo de engolar cara a cara una sensación por legendaria que ésta retumbase en la distancia, decidí cumplir 33 años y entrenarme un día tras otro para un digno y justo más allá.