lunes, 17 de mayo de 2010

LECHO CON TECHO

Una mancha crece como sombra de ambiciones imprecisas. Las partículas en suspense de una mirada desenfocada y de un ego tridimensional (infancia, intuición y resistencia) convocan al asombro por la historia personal. Algunas hélices, campanas, el afilaor, corroboran las agujetas del sentido, el cuerpo se encuentra bien con su suerte, con su graduación de fuerte, y se inclina respirando por una boca de treinta y cuatro mayos hacia las curvas que irradian paces y palmarios calores, resacas olvidadas, recobrados valores.