viernes, 28 de mayo de 2010

CARNE DE MASÓN

Todas las estrellas en el mar, todas apuntan a la luna en un intento meteórico por mover la paz del mar, vidas perdidas en la ocurrencia y cómo la mayor sutileza de la naturaleza me sugirió ir hasta allí, estaré por la noche, diré, te querré en tu barrio, aportaré, sin árboles que mientan sobre la posición de los enemigos, sin abucheos a hermanos de clase. Sin más fuerza en los giros trascendentales del discurso que una melodía nubérrima sin esas líricas argucias generadas cuando la destrucción de neuronas, recordad por mí, sin más pavimento que el tiempo estirado, deformado, que el tiempo roto y que un trozo de tiempo que te acompañará hasta cansar a la Sansona.