sábado, 9 de mayo de 2009

FITZGERALD vs. BUÑUEL | (encuentro amistoso)

La gente que bebe mucho comprende, como nadie, que la calidad de Fitzgerald se debía a su debilidad humana. En mi obsesión por encontrar títulos, el Humanismo Despojado.
Rafa me obligó, en plena edad del crecimiento, a un ciclo de Andrej Tarkovski. Si después de Stalker veía una escena de Buñuel, conseguía una sensación de alegría parecida a la que obtuve cuando me puse a reproducir el Género Chico. Una curiosa postproducción: la narrativa común saboteada. La Solemnidad Moteada. Podríamos vivir toda la eternidad hacia el infinito de la Comedia Gramatical.
Las dos excusas son la miseria, la desesperación y el abandono. Literalmente hubo un tiempo del que quedan tres columnas. Una científica intención de desviar la atención (añadir una rama de desorientación). Habrá la reiteración de grupo que hace falta, subrayar no: se buscan títulos. Noche de San Silvestre. Fiesta de la Autocomplacencia en la calle Mármoles.
Sentirse observado es la mejor forma de admirarse, esta vez la única. Bombay Azul, Continente Azul. Es lo que nos queda. A poco que amanezca, uno de nosotros llorará la pérdida de la juventud.
Contaba la tradición que el botón inferior de la chaqueta no debía abrocharse. Rodeado de las más finas señoritas, mi hermano confundió ese botón con el del pantalón, y la cremallera con lo irremediable.