viernes, 30 de septiembre de 2022

MAMÁ, SON LOS AÑOS 90

Miro más allá de una pared que ruge gotelé, peleas y sueños. Y regreso a esa vida donde todo era campo por urbanizar. Agrietado hogar rodeado de semana santa y expo, de rumor de ferias y crimen desorganizado, donde proliferaban las recetas perfeccionadas y las recetas nuevas, las vecinas viejas y nuevas, la tele inventando cosas, el albor de la juerga, un mundo de parábolas y parabólicas repicando ascensos y desastres académicos, mamá aún joven, los abuelos despidiéndose, las películas de Rafa y el Betis de Lopera. Prestigio nostálgico para una cierta tensión doméstica asfixiante, las angustias existenciales que se derretían en bolsas de hielo, los veranos en blanco que se disolvían en noches de radio, de cine y deporte, las últimas navidades aún enaltecidas que anunciaban un banal adiós para el iluso milenio, y ahora sabemos que un final anticipado para el suspirado hogar. Hogar, ácido hogar.