viernes, 26 de junio de 2009

MEJORES MUJERES

Percutiendo duro y cortando la sombra de la farola de forja fernandina, dejando bien bien alto el equipo Technics, abriendo ventanas, cajones de cosas importantes, oyendo el clamor de la gente que ha salido. La mirada que usualmente llamaríamos blanca en una acuarela de técnica improvisada se me acercó y se difuminó con los otros colores del sueño y la bebida.
Ella conduce de manera inédita en el sur de España, con esta sorprendente característica está consiguiendo bañar el reencuentro de un misterio sin sonido en forma de paréntesis. Ni siquiera hemos puesto la radio, las noticias podrían recordarnos que estamos oficialmente separados, y conduce el Ford serpenteante entre chalets hacia la parte más indecente de la playa, parando y sonriéndome otra vez nueva en el aparcamiento del apareamiento. Superar tantas bandas sonoras había resultado ser un original e insinuante preámbulo.
Su voz desde la bañera de un hotel. Mi espalda castigada por sol y por sal, por fin tonificado a salvo de mi madera de filósofo adolescente. Fuerte de repente en unas horas. Bonita cena incluida en el precio. Bromas y sus confesiones de chica mucho más joven que yo. Se bebe mucho vino blanco en meses así.

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