viernes, 24 de octubre de 2008

EL MITO DE LA TABERNA

Renunciamos a combatir el humo, el fluir de las generaciones, las nuevas canciones, viernes: mañana vemos el fútbol. Humo de insinuaciones, medio dominado y ambiente hostil, oh sí. Esto es el pasado, que se lo digan a Cardeñosa, que se lo murmuren a los del bar: gente morena de alcohol y carente de noches a media voz.
Canción protesta es un género para integrados, en lo alto del escenario, Reina Mercedes, mayo del 88. Debajo de los adoquines están las ratas, fumásemos gauloises o celtas o neumáticos ribereños, y muy viejos, y muy adorados en contraste con cielos más blancos tanto como amarillos que Bellavista. La azotea de mis abuelos, el lavadero, y cuarenta tostadas hechas en carmela durante el primer fin de semana de la tortura aspirada “perspectivavital” para uno mismo. Estamos bien.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si Borges creó esa bilbioteca de Babilonia, pensando pensando, podríamos crear la taverna de Babilonia, allá donde las convinaciones son infinitas, infinitos tipos de chupitos, infinitos cocketeles hecho por los mejores baristas de las capitales italianas, infinta variedad de olore, sabores y personas para concoer y tomar un tipo de la amplia variedad de cervezas a los 1000 sabores.
No estaría informar que creó usted en mi interior un afán por el espiritu "bloguero" y me gustaría informarle de la apertura de "Diario de un Biologo", en homenaje y como base a la misma persona D. Daniel B. Un abrazo.

Rafa dijo...

El concepto de taberna, tal como lo conocemos, es practicamante una entelequia en estas tierras de nasalidad y recatado dispendio. Entiendo que te refieres a la taberna-tasca, y en concreto, a su principal representante: El Tranviario. El mito habla pues de miradas enconadas, alcohol semiclandestino por su semicomunista precio, discusiones basadas en la muerte neuronal y peligroso gusto por los traseros inmensos. Es la vida de nuestra familia, aquella que no visita los arreglados (ya quisiéramos) bulevares y no sabe de serenidad goethiana. Sabes? En esa dualidad se encuentra todo lo que nos ocupa (a nosotros, los Viana). Si fuéramos capaces de identificar la distancia (y los puntos en común) entre la Taberna-Tasca El Tranviario y esa otra Taberna-Tasca Guadiana. Qué caminos se han de recorrer, y qué sombras nos han de proteger: de las cunetas a las Jacarandas, de las callecitas tan estrechas (sic) a los puentes sobre la autopista. Y sabes el punto medio? Lo único que une estos dos mundos que tiene un mismo nombre? Si, es cierto, al final de la palmera está la respuesta. Buenas Noches.

Anónimo dijo...

Muchas personas, de entre ellas yo y mis 19 clones exactos, esperamos nuevas entradas de la vida de este Ejecutivo.

Yo también estoy bien.