domingo, 2 de noviembre de 2008

MOSTOUR, PREÁMBULO

Ya sabrán que más allá de Stoke Newington, carretera comarcal hecha alta calle, hay un pub rodeado de cuervos y relleno de mesas de billar con tapete rojo y cerveza caliente por defecto. Extra old. Donde el pino hito anuncia el final del mapa, antiviajes y antiproyectos, asoma el mismo local adaptado a la órbita suroccidental que tanto nos fascina metabolizar. Y desde esta casa, ayer, comienza mi crónica intempectiva.

1 comentario:

Rafa dijo...

En mi afán saboteador, ahí va el poema que dediqué a Laura Paravicini con motivo de su salida de Euroservices Bayer.

[ Poema de Laura? ]


La desesperación del mediodía
Los tiempos muertos en las tardes y las oficinas
Una poética de la renuncia y la disciplina
En un país claro y sin brillo

Esta es tu vida, Laura, la nuestra
Un camino u otro nos lleva a unos u otros días
Habitaciones en Pittsburgh o incienso que no se quema
La vida de los contables accidentales

Cierro los ojos, el miedo cruza a mi lado
Hay un miedo, Laura, como hay una soledad, como no hay Dios
Hay un solo miedo
Se parece a mi, un fin de semana, un domingo por la noche
Se trata de la decadencia y la enfermedad: el alejarse de los demás

Todos nos conocemos y todo está planeado
De uno u otro modo
Tu brillarás y te marcharás
Y quizá yo ya no esté tan lejos

Recuerdas? Te bebiste una botella de Faustino V

[ Nos reuníamos en habitaciones de hotel a hablar y tomar cervezas. Una noche Laura se bebió una botella de Faustino V con Mónica Batallé, mientras cotilleábamos o hablábamos mal de otros compañeros. Más tarde pasamos a los recuerdos de infanciay las confidencias. Yo conté aquello de la timidez, del cambio a los 14, todas las cosas que no hice de pequeño. Eva no quiso decir nada de si misma. Mónica parecía sentirse molesta por algún comentario y Laura, borracha, no hacía más que payasadas. Todo esto duró hasta las 11, cuando se fueron y me dejaron con mis galletas, dos yogures de fresa y las canciones de Syd Barrett. Entonces, y viendo la TV sin sonido, pensé que uno se esfuerza por impresionar a los demás, a veces lo consigue, pero no sabe como parar. Hermosa reflexión para una noche de domingo en Pennsylvania. También pensé en lo rara que fue mi juventud. En los años pasados en casa, en los libros que leí, lo poco que estudié, lo poco que viví, todas las chicas que no pude tener, todo el silencio que acumulé. Algo bueno pudo haber salido de todo aquello, y sin embargo lo escrito entonces no vale nada (como lo escrito ahora). A estas alturas del partido, y de la noche, poco más se puede hacer. La vida es esto, me repetía. Pero todos sabemos que la vida no es esto. La vida nunca fue esto. Ellas se fueron. Y ahora eres tu quien se va ]

Meses después me contaste historias sin sentido y sin parar
Yo asomé medio cuerpo por la ventanilla cagándome en las muelas de medio Chinatown
Antes de perder una muela y el juicio (en un avión) durante horas de charla absurda e inconexa

Es el discurso histórico de este poema
La llamada al pasado y la cordura
Nunca será suficiente

Quizá tendría que haber optado por atardeceres en Sondrio
Paseos sin risas por Dublin
Las reconocibles rutas en estas conmemoraciones

Pero, por favor, se paciente conmigo
Estoy cansado de abrazarme esta noche para poder parecer más real
Aunque no haya más sentido que el ajeno
Y la realidad siempre sea de los otros

Mereces bastante más que estos silencios, Paravicini
Olvidé comentarte que ya no escribo poemas
Cuando me pongo mi sombrero de Cowboy y escucho canciones que no conoces
Dando tumbos por mis únicas dos habitaciones

El salón y el dormitorio
Barcelona y Atenas
El silencio y la resignación
La soledad y la memoria
El fracaso y unos tipos raros que me miran
Mi hermano y los amigos en Sevilla
La tristeza y el pasado
La ausencia y Laura Paravicini