martes, 4 de noviembre de 2008

MARíA

Yo no he visto la película. Por eso para mí Amélie eres tú y la película es tu cuarto y tu cama, y tu cintura iluminada en rojo y tu cariñosa investigación de mi cara con barba... y la Navidad, tu decisión de venir a verme fuera de todo pánico, hacer de la distancia natural que separa los cuerpos una causa para abrazarnos con más fuerza que nunca, que siempre sería así. Tu forma de llamarme desde tu dolor de garganta hasta mi nudo en la garganta. Me parece que llegará un día en que no podré escuchar la canción número 4 si no es con la luz apagada, si no es con la luz encendida.
Intuyo que cambiarás con el tiempo al tiempo que yo permaneceré impasible no por orgullo sino de dolor. Yo te querré como cuando te esperé hora y media en la playa y no apareciste, aquella tarde en la que empecé a sorprenderme de los efectos que la espera tenía sobre mi esperanza, cara de que algo me pasaba entre la casualidad de la canción con tu nombre (en el lugar y el año en que naciste) y creer verte diez o doce veces entre la arena... y el fondo del ruido del mar... y la médula espinal. Como si de medir pulsaciones se tratara, me puse a caminar muy concentrado e impreciso, despreciando sin pruebas a la gente que frivolizaba ese domingo en la playa, diseñando planes urgentes de conversación natural, optando finalmente por espiarte a cincuenta metros y segundos de coger tu bici y marcharte en dirección opuesta, y mil cosas más.

3 comentarios:

Rafa dijo...

Sabes? Estos títulos suelen tener consecuencias desagradables. Es leerlo y comenzar a mascullar, tararear la susodicha canción. Salir del despacho y elevar el volumen y ver como pequeñas y atareadas Marias vuelven sus cabezas contables con indisimulado fervor y emoción. Ya nada puede pararnos. El ascensor nos lleva de una planta a otra, y un único nombre parece haber cristianado a nuestra media lacrimógena humanidad. En otro tiempo este habría sido el mercado deshecho en el que hacer uso de mi pobre capital, pero ahora yo tengo mi propia María y apenas si presto atención a tanta desesperada llamada.

Debiéramos ser capaces de reducir el campo de batalla. Luchar contra la vida moderna (modern life is rubbish) y movernos en círculos apenas poblados por 4 o 5 espectros. En este nuevo mundo sin esperanza estos fantasmas del pasado lo serían también de nuestro futuro. Una y otra vez sacaríamos los mismos temas a discusión, y ya no valdrían excusas precipitadas o argumentos pobres. Lo que pudo ser acabaría siendo a fuerza de razón, sentido común y maneras educadas. Algunos le llaman a esto secuestro o privación de la libertad, pero yo prefiero que conste como ajuste retrospectivo de la realidad.

Mientras espero la vuelta de Aznar, me conformo recordando cierto viaje tuyo a Atenas. Si una palabra servía para describirte esa era desdibujado. Eras como una de esas historias de Mortadelo hechas por el becario de Bruguera, o un episodio de Un Hombre en Casa precedido de expectación made in Javier. Hay compañías que engordan el trazo, o convierten los diálogos en menos profundos, más convencionales. Otras, se limitan a repetir una misma fórmula que más o menos funciona entre el público. Sin embargo, existen algunas que acaban por agotar las más poderosas fidelidades, provocando cierres, caidas de audiencia, retiradas de emisión. No sé si has entendido algo de todo esto. Bueno, algo seguro. Todos esperamos a que vuelva Aznar.

Dani V dijo...

Bueno, la cuestión es tirar de material trasnochado cuando mi imagen frente a un área expectante de la pantalla en la cual debo escribir es igual a la brillantez de un reno degollado mirando el suelo nevado.

Anónimo dijo...

Me resulta un título bastante etereo pero a la vez tan cercano. Será por que soy géminis y muchas veces me parece obserar las cosas de 2 puntos a la vez, desde la 1ª y una 3ª persona que se encuentra a 4 pasos detrás de mí, viendome interactuar y criticándome. Por eso me refiero a María, cuandome encuentrocon ella estoy ahí y soy el novio, pero cuando no, no lo entiendo ni yo.
(creo que los viajes astrales están alterando mi conciecnia).